Llevo más de un mes sin actualizar el blog…..
No es que me haya vuelto un vago, no..es que …¡He estado de mudanza!….si, amigos. Ese maravilloso momento que todos tememos, me ha vuelto a suceder ( y ya van unas cuantas en los ultimos cuatro años!!)…en fin…de nuevo me he podido dar cuenta de cuanto podemos llegar a guardar en poco tiempo, de cuan poco distinguimos lo que es esencial y lo que es secundario, lo que es importante de lo que no lo es.
Es como si nos costara desprendernos de todo lo que llega a nuestra vida, mediante un interesante artificio: «mmmm..igual luego me hace falta», ó aun mejor: «¡¡mmm, que interesante…lo voya guardar para leerlo luego!»…y nunca lo lees…
De hecho, esta mudanza me ha dado la oportunidad de reflexionar sobre ciertos patrones de comportamiento que hasta hace unos años yo descubria en mi mismo cuando hacia una mudanza (lease, la consabida frase de «..¡pero como he podido guardar tantas cosas en tan poco espacio!! – y yo añadiria…y en tan poco tiempo!!), y que ahora se han extendido a comportamientos de mi vida cotidiana.
Por ejemplo, ya sabia que compro más libros de los que realmente puedo leer, bajo la excusa de «este es bueno…lo compro ahora y lo leo más adelante»…y luego se queda en el estante, ocupando un espacio precioso en la libreria, y un peso enorme en cada mudanza junto con los otros «que tampoco he tenido tiempo de leer».. y que todavia no he sido capaz de regalar a alguna biblioteca o institución para que los lea gente que tiene tiempo de hacerlo…increible pero cierto..todavia sigo pensando que cuando tenga un hueco los leere!!!…
Otra área de extensión ha sido la ropa: de pronto me he dado cuenta, y tengo que confesarlo, que tengo mas zapatos que Imelda Marcos!!!..Dios mio!!…y no creáis que es que los compro de forma compulsiva; no; es que he descubierto zapatos de hasta hace veinte años!!..el verdadero problema era que no sabia si tirarlos a la basura, darlos a alguna institución caritativa, o llevarlos a un museo!!! 😉
En fin, que de pronto te das cuenta de la cantidad de cosas que guardas y llevas contigo en tu «concha», «bajo tu armadura», y que en realidad no utilizas para nada en tu vida cotidiana, y solo son lastre, peso, rémora…una carga que nos hace sentir la vida mucho mas pesada…
Esto me recuerda la experiencia que me contaba una buena amiga hace algunos años sobre el camino de santiago: al principio empiezas con una mochila llena de cosas, preparada para todo», me decía..»..pero luego, cuando llevas un par de días de camino, te das cuenta de que todo eso no sirve para nada, de que si necesitas ayuda ya la buscarás, y que has de quedarte solo con lo esencial, y terminas tirando la mayor parte de lo que llevas en la mochila, y es entonces cuando comienzas a vivir al día, en el presente. Ese día es cuando realmente comienzas a hacer el camino»…
Es cierto, es un ejemplo mas del shock ue produce la situación de cambio: cambiamos de situación (mudanza, camino de santiago, etc…) – nos encontramos con una realidad diferente – nos adaptamos; solo que en el caso del camino luego vuelves a la vida cotidiana, y en la mudanza el ansia de tirar se te acaba tan pronto como consigues que todas tus cosas quepan en la nueva casa…
¿Que tendríamos que hacer para volver este estado de «lucidez» mas permanente?…
Continuaremos, y esta vez antes de un mes…. 😉