Más allá de salidas de pata de banco que no contribuyen a nada, quiero dejar claro tras varios semanas de tensión y de tira y afloja en las redes sociales, que mi posición respecto al llamado «problema catalán» es la siguiente:
Como sabe cualquiera que se dedique o haya estudiado la mediación de conflictos, en todo conflicto, ambas partes son responsables del mismo. Siempre. Da igual las razones que cada lado esgrima. Cada conflicto es una situación única creada por ambas partes a lo largo del tiempo.
Solo reconociendo la responsabilidad de cada parte por un lado, y la posibilidad de futuro que la resolución del conflicto ofrece a cada parte por el otro, es posible «crear» una salida, un nuevo escenario que permita una nueva relación.
El conflicto catalán, así, es, en mi opinión, un espejo para el gobierno central, que ha ido convirtiendo «Madrid» en la sede de la toma de decisiones, de un modo extremadamente centralizado. Y esto no depende de ideologías. Desde 1978 lo han mantenido asi tanto los gobiernos socialistas como los gobiernos conservadores.
Nuestras autonomías, nacidas en la constitución de 1978, no tienen de facto una verdadera potestad legislativa como los estados norteamericanos, y eso no permite que las distintas formas de entender las relaciones sociales, se hayan plasmado de forma legal.
Muy menudo, en mi opinión, los españoles hemos confundido igualdad de derechos con «homogeneidad» de derechos. Ha habido quejas de los castellano-parlantes sobre el uso de la lengua catalana, o vasca en las respectivas autonomías, cuando en países occidentales como Canadá, o Suiza, el uso de idiomas en distintas zonas del país (como Quebec, con el francés como lengua oficial, y Toronto, con el Ingles, en el caso Canadiense, o cantones como Tesino en Suiza, donde el italiano es la lengua oficial, Friburgo, donde coexisten el alemán y el francés, o el Cantón de Grisones, donde coexisten el alemán, el romanche y el italiano) nos demuestran que es posible convivir, coexistir y hasta enriquecerse mutuamente desde la diferencia, y no desde la homogeneidad.
No hemos permitido un desarrollo descentralizado equilibrado, y sin embargo hemos creado miles de empresas y organismos públicos duplicados que han dado lugar a una corrupción brutal, que todos hemos asumido como «normal», porque «somos asi»…total, que puedo hacer yo?…. todo esto, aunque me consta que estoy simplificando, ampliado con la crisis económica de 2008 y las recetas, llamemoslas «poco sensibles» a las capas sociales mas desfavorecidas del gobierno del PP, han terminado de crear, especialmente en Cataluña, un clima de rebeldía contra «Castilla», es decir, contra España, entendida esta como gobierno centralista.
En definitiva, no hemos sido capaces de ir mas allá del bloque castellano hablante, y permitir un desarrollo de una España mas descentralizada, con mas matices, con mas diferencias, y a partir de ahí, buscar caminos que nos permitieran convivir juntos. Hemos tenido 40 años para hacerlo, pero nuestros pequeños intereses nos han hecho mirar para otro lado.
Por el lado independentista, el escenario de una Cataluña independiente, mas allá de las posibles complicaciones de salida de Europa, etc…que todos conocemos y en las que no me quiero para ahora por archidiscutidas, nos llevaria a una situacion muy similar a la actual. Es decir, si nos imaginamos por un momento que esa separación se produjera de forma «amistosa», con todas la garantías legales, etc… y que ademas, Cataluña siguiera en la zona Euro…. ¿Es que las empresas que comercian con Cataluña dejarían de hacerlo?…¿Dejaremos de viajar y de trabajar en Barcelona?…al fin y al cabo. seria un pais europeo y podríamos entrar sin carnet, igual que ahora. Si el castellano seria una lengua co-oficial, como los mismos independentistas han dicho, se podría uno comunicar en castellano como hasta hace no mucho, y tendria que aprender catalán si quisiera desarrollarse profesionalmente, como era hasta hace no mucho…. es decir, los cambios «reales» en dicho escenario, serian «mínimos» o «nulos», en la vida cotidiana. Por tanto, ¿donde esta el problema?…¿Porque esa necesidad de cambiar para que todo siga igual?… o dicho de otra manera….mas allá del conflicto abisal que se ha profundizado y aumentado en intensidad y violencia en estos pasados días, en un plazo o en otro, Catalanes y Españoles, o si ustedes quieren, catalano – hablantes y castellano – hablantes tendrán que seguir conviviendo juntos, de un modo o de otro, salvo que queramos embarcarnos en una espiral de violencia. Por tanto, ¿no es mucho mas razonable, buscar un modelo nuevo de convivencia que nos permita a todos progresar hacia un futuro mejor?…..
Pidámonos «perdón» de corazón los unos a los otros, los castellano – parlantes por no haber considerado debidamente las necesidades de catalanes, vascos y gallegos….los catalanes, vascos y gallegos, por haber «culpabilizado» continuamente a los castellano-parlantes de muchos de sus propios problemas, a veces de formas que han traído un enorme sufrimiento a todas las partes….hagamos un acto de reconocimiento, y cerremos el pasado, para mirar juntos hacia un futuro, en el que «cada forma de ser, cada sensibilidad, pueda encontrar un espacio político y jurídico que les permita expresarse y auto-gobernarse en la medida en que cada uno lo necesite». No hace falta hacerlo públicamente…solo en el corazón de cada uno, para desde ahí, ganar una nueva mirada hacia el otro, hacia el que es diferente de mi, que me permita apreciar que es lo que esa diferencia me aporta.
Necesitamos abandonar las emociones, y buscar nuevas maneras de co-existir. El aspecto positivo de los conflictos, es que nos dan la oportunidad de mirar hacia un futuro diferente. Usemos esta oportunidad para construir un país mejor… Pidamos a nuestra clase política, con toda la insistencia necesaria, que designen equipos de negociación «profesionales» entre todas las fuerzas políticas, para abordar una segunda transición, una refundación de España, o como queramos llamar en el futuro a este solar «ibérico», en el que tendemos a matarnos entre nosotros mas que a ayudarnos a salir del barro.
No será fácil, porque todos tendemos a acomodarnos en lo que ya conocemos, en lo que nos resulta familiar, pero si no lo hacemos, la alternativa es un mundo de bloques cada vez mas aislados en si mismos, mas petrificados en sus formas de ser, y mas incapaces de renovarse.
Fuimos capaces en el 78, y podemos ser capaces de nuevo ahora. Mostremos al mundo, como decía Mandela, que somos capaces de crear algo nuevo, integrando, uniendo, aunque eso suponga respetar espacios mayores para cada sensibilidad. Hagamos, como decía Mandela, un pais «arco-iris», en que todos tengamos un lugar.
Creo, con toda convicción, que España es un impulso que se crea desde las diferencias, y que necesita renovarse una y otra vez, para poder dar lo mejor de si misma. La España del futuro, sera una España tejida desde las diferencias, o no será. Y creo sinceramente, que tambien sera asi para Europa. Este es el reto que afrontamos hoy. No miremos hacia otro lado, no nos justifiquemos mas en el supuesto enemigo que en realidad no es mas que el espejo de nuestras carencias. Pongámonos manos a la obra. Cuando los españoles nos movilizamos, juntos, somos imparables. Saquemos lo mejor de nosotros.