La Lógica de lo Ilógico: Vicente Ferrer y el milagro de Anantapur.


Hoy
me he levantado recordando una entrevista que vi en televisión, hace
muchos años, al Padre Vicente Ferrer, el llamado «Santo de Anantapur».
Lo que consiguió este hombre no puede calificarse solo como grandioso,
sino como sencillamente increíble: 3000 casas construidas, 13.000
reparadas, casi 1.000 escuelas, 3 hospitales, un Banco que antes de su
muerte ya había financiado más de 300 proyectos,
más de 1000 asociaciones para los parias, todo esto afectando a una
población de más de 4 millones de personas en el territorio más pobre de
la India….

..Y todo esto no se forjo con grandes medios
desde el principio, sino que comenzó desde el vació más aparente. En
aquella entrevista, Vicente Ferrer que pedía entonces el famoso 0,07%
del PIB para erradicar la pobreza en el tercer mundo, y que de paso
buscaba financiación para la Fundación que lleva su nombre, contaba como
en 1969, después de ser expulsado de la India, y tras grandes
manifestaciones a su favor, le permiten volver a Anantapur,la segunda
zona más árida del país después del desierto del Rajastán. Al año, en
todo Anantapur llueve la misma cantidad de agua que se registra en una
ciudad como Sevilla, pero con una salvedad: cae en dos únicas veces, en
las grandes lluvias del monzón, por lo que la tierra es incapaz de
absorber tal cantidad de agua y se pierde fuera del distrito a través del río Pennar. En otras ocasiones, la lluvia es tan escasa que
se evapora sin llegar a nutrir la tierra. Así, la población, que
mayoritariamente depende de la agricultura, vive en una continua
situación de riesgo y con la incertidumbre de si se podrán sacar
adelante las cosechas.

Con esa perspectiva, y una oficina destartalada y
vacía con solo una maquina de escribir y un mensaje escrito en la
pared, que reza «Espera un Milagro», Vicente Ferrer, contaba en la
entrevista, que decide gastar todo el presupuesto que le había asignado
el estado de Andra-Pradesh en Picos y Palas, y Material para construir
pozos. Los habitantes, le dicen que esta loco, que solo llueve dos veces
al año y la cantidad total es muy baja y que construir pozos no tiene
sentido. Pero Vicente les responde:»Claro!!..No llueve porque no hay
pozos donde recoger la lluvia. Si hacemos los pozos, Dios, que sabrá que
ahora hay donde recogerla, hará que llueva».

Con esta
maravillosa lógica «ilógica», se comenzaron a construir los pozos de
Anantapur, mediante un sistema denominado «Hermandad concatenada». Cada
persona es ayudada por toda la comunidad a tener un pozo, y cuando este
ya tiene uno – lo que en la indica significa ser prácticamente rico –
ayuda a los demás a tener el suyo. La lógica inversa de Vicente Ferrer,
su visión de lo espiritual en la acción, y su capacidad de crear
organizaciones asociativas, horizontales y democráticas en el País de
las Castas, crearon el milagro de Anantapur. Hoy ya nadie puede decir
que no es posible erradicar la pobreza, en todo caso, que no queremos.

 

No podemos seguir diciendo que no podemos cambiar esta crisis, que no
podemos parar los desahucios, que no podemos hacer un mundo diferente.

Solo se necesita aprender a pensar de un modo «ilógico», y a mirar el
mundo y a nuestro alrededor con los ojos y con el corazón de alguien
como Vicente Ferrer, y luego, además, tener el valor de salir al mundo y
ponerlo en marcha. Si no lo hacemos, o nos negamos a ello, es,
simplemente, por pura cobardía.

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